Tal vez llegaste por casualidad… o tal vez tu alma ya sabía que este era el lugar. Un espacio donde no tienes que fingir, demostrar ni resolverlo todo. Aquí no venimos a encajar. Venimos a recordar. A volver al centro. A encender la primera llama.

para mujeres que recuerdan con fuego, se sanan con palabras y se abrazan con alma 

• No estás rota. Estás volviendo a ti. 
• No estás perdida. Estás en camino de regreso al corazón. 
• No eres un error. Eres la respuesta sagrada de la vida a una oración antigua. 10
• Tu sensibilidad es el don que la humanidad olvidó honrar. 
• Tu cuerpo recuerda lo que tu mente ha intentado silenciar. 
• Las emociones atrapadas no son debilidades. Son llaves. 
• Y tú tienes la llave. 
• No necesitas entenderlo todo. Solo sentirlo con honestidad. 
• El silencio que te hizo daño, ahora puede ser música. 
• No hay pensamiento más fuerte que tu alma despierta. 
• Las palabras también pueden ser ungüento, espejo o incendio. 
• Aquí usamos la palabra como medicina, y el ritual como antídoto. 
• No eres la historia que te contaron. 
• Eres la que eligió reescribirla. 
• La emoción no procesada es un susurro del cuerpo que quiere liberar.
• Sanar no es borrar el pasado. Es tocar con amor los recuerdos que antes nos daba miedo mirar. 
• No tienes que fingir que no duele. 
• Tienes derecho a llorar, a nombrarlo, a transformarlo. 
• La luz que buscas está debajo de tu miedo. 
• Y ese miedo, cuando lo abrazas, se convierte en fuego. 
• Escribir no es un escape. Es un regreso. 
• Cuando escribes lo que sientes, el alma encuentra su medicina. 
• El journaling no solo alivia. Revela. Limpia. Enciende. 
• Cada palabra escrita con intención es un acto de sanación. 
• Si lo crees con el alma y lo sostienes con acción, el universo responde.
• Manifestar es recordar tu poder y caminar hacia él sin dudar. 
• Este no es un lugar para encajar. Es un altar para recordar. 
• Aquí no venimos a demostrar. Venimos a encender. 
• Una llama. Una palabra. Un nuevo pacto contigo.